¿Que hacemos? ¿Seguimos peleando entre nosotros tratando de ocupar posiciones políticas o defendemos nuestro país de las amenazas que nos llegan de varios frentes? Podríamos pensar que ambas cosas son compatibles pero la realidad nos demuestra que no es así. Ordenes y contra órdenes durante la guerra en el Líbano nos hicieron ver que no hay unanimidad ni unidad en el momento de defendernos del terrorismo. Mientras en lo interno hay acusaciones a todos los amigos de Olmert que tienen sin dudas connotaciones políticas (sean o no ciertos los cargos), estamos ante un peligro inminente de grandes atentados o incluso ataques sorpresivos de Al-Qaeda en sociedad con Jizbala o utilizando terroristas contratados en el mundo occidental. Sumemos las constantes amenazas de aniquilación que nos regala Irán todos los días, y la dualidad de Siria que habla de paz como opción pero ayuda a Irán y a Jizbala para que cumplan con sus objetivos. Esto no quiere decir que hagamos oídos sordos a ningún delito comprobado. Todo importa pero todo tiene su momento y su sitio.
Hoy la seguridad de Israel, de su territorio, de sus habitantes, y de los judíos en el mundo son la prioridad absoluta. Poco importará quien tiene razón en las rencillas políticas si perdemos nuestro Estado o si los agresores logran sus objetivos de exterminio. Es muy poco inteligente y hasta malvado anteponer intereses y posiciones personales a la defensa de Israel ante los enemigos comunes. Ya llegará el tiempo de la política. La política no es algo malo y es necesaria en una democracia. Aunque difiero con el tipo de políticos que tenemos más vale tenerlos que vivir en un régimen totalitario y dictatorial. Estoy ansioso de escuchar en las próximas elecciones y no ahora, propuestas de los candidatos sobre los diferentes temas, incluyendo la defensa del país, la búsqueda de la paz, la seguridad interna, los temas laborales, alternativas para la alía, proyectos de desarrollo viables para todos los habitantes del país, definiciones sobre la religión y el estado y muchos otros que los votantes deben conocer además del perfil y los antecedentes de los candidatos. En tal sentido estoy seguro que la diversidad de opiniones enriquecería nuestras instituciones y nuestros debates. Pero reitero que este es el momento de la defensa y si no pasamos este examen no habrá nada de lo demás. En este momento no importa si pensamos diferente. Todos somos israelíes, la mayoría somos judíos y esta en juego la vida de nuestro país y la continuación de nuestro judaísmo. Ante esta alternativa, nada para elegir. Hoy todos juntos detrás del objetivo. Entre la guerra y la paz, elijo la paz. Entre la guerra y la aniquilación elijo la guerra, como medio de defensa de mi familia, de mi país, de mis costumbres y mi forma de vida. Esa guerra que solamente es valida si su objetivo final es el tan ansiado SHALOM íntimamente ligado con nuestras convicciones judías e israelíes.
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Bernardo Ptasevich ( berny ) Katzrin Capital del Golan
