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domingo, octubre 01, 2006

Consideraciones para la dieta y la salud. Control de calorías.

Bobe's Diet.


1. Si nadie te ve comerlo, eso no tiene calorías

2. Si tomas una gaseosa dietética mientras comes una barra de chocolate, ellas se cancelan una a la otra.

3. Los alimentos utilizados para propósitos medicinales no contienen calorías. Esto incluye cualquier chocolate utilizado para energizarte (givn coijes: dar fuerzas), así como a gleizele (una copita) de brandy para levantar la presión, la torta de queso (comiéndola entera), los helados (después de una operación de amígdalas o para que los chicos se hagan resistentes al frío) y sobre todo una buena sopa de pollo con toda la grasa, es el mejor remedio para sentirte amejaie (de lo mejor que hay).

4. Si estas comiendo con alguien mas, las calorías no cuentan si ustedes dos comen la misma cantidad.

5. Las comidas relacionadas con el cine, la televisión o una buena obra de teatro en idish son mucho más bajas en calorías no solo porque son comidas en la oscuridad, sino también porque ellas son una parte de la experiencia del entretenimiento y no una parte del consumo personal.

6. Las kijelej (galletitas) con pedacitos de chocolate no confieren exceso de calorías, porque el proceso de rotura para comerlas nos causa perdida de energía.

7. Si te comes la comida del plato de otro, eso no cuenta.

8. Si comes parado o loifn (corriendo), algunos días, todas las calorías se van a tus pies y salen cuando caminas.

9. Estrés rima con postres

10. La comida que se come en las fiestas de Jánuca no tiene calorías, es una cortesía de D'os dado de que es una obligación comerla. Esto se aplica también para todo otro evento tradicional-religioso como: Rosh Hashaná, Pesaj, la cena después del ayuno de Iom Kippur (Día del perdón), Cenas de Shabat, Casamientos, Bar y Bat Mitzvoth, Brith Mila (Circuncisión) y también .... algunos días de cumpleaños y shopping.
Adjunto: Tener lombriz solitaria no es un pecado.









Si hay algún gourmet entre los lectores sabrá que se ha aceptado no hace mucho tiempo, por los especialistas internacionales, la libertad en la elección de los vinos para una buena comida. Es decir que ya no necesariamente los vinos tintos deben ir con las carnes rojas y las pastas, o los vinos blancos con el pescado.

De todas maneras los judíos nunca tuvimos ese problema. (Los que tomamos, dado de que como dijimos una vez: en general los judíos no toman mucho porque interfiere con el sufrimiento).

¿Y saben porque nunca tuvimos el tzure de elegir cual vino va? Porque en una buena mesa en cualquier fiesta judía empezamos por el pescado, seguimos por el pollo, luego pueden haber farfalej u otras pastas (vareniques, kreplaj, etcéteras varios) ensaladas, knishes... bueno paro porque ya me dio hambre. Y en algunos casamientos y Bar o Bar Mitzvoth recién... ¡Recién a las 3 ó 4 de la mañana, pueden servir Hot Pastrami!

Tengo algunos amigos que quieren seguir con el vino del kiddush toda la noche y otros que a esa hora ya no saben ni lo que están tomando.

En realidad lo que siempre me resultó difícil en esta clase de fiestas es: Saltar / Comer, Saltar/Comer. Pareciera que los que se dedican a organizar estos eventos no tuvieran otra idea original que reemplazara a poner tijeras y música klezmer y comer el primer plato. Saltar otra vez y comer el segundo plato y así sucesivamente. ¡¡Sin olvidarnos de las bandejas y mesas de la recepción!! Que luego son las destinatarias de una acelerada digestión sismo química provocada por los primeros Shers y Oiras que se bailan con la máxima energía.

¡Me encanta la música! ¡Amo con todo mi corazón bailar y compartir la música judía! Creo que nuestras fiestas le gustan a todo el mundo, pero ¡Oy Vey! Si uno no equilibra el combustible con el movimiento.

La compota de ciruelas de la bobe, que venia al final de las cenas no se sirve mas en esas ocasiones.
Algunas personas no han hecho caso y recurren al nuevo producto que anunciamos una vez: El Metamucil Matzoth, que dice en la caja: Let my people go.
En la última fiesta que asistí en un momento le pregunté a mi esposa: ¿Habrá que seguir saltando mucho para llegar al postre?.

Claro, muchos de ustedes podrán decirme que ya no se come en todos los hogares como antes, y no me refiero solo a la cantidad, sino a la calidad. Y es cierto, quedan pocas bobes como las de antes, la economía del mundo ya no es tampoco como antes. Aunque las bobes y las mames se las rebuscaban para cambiar los rellenos, o sea que los kinishes podían ser de queso, de papa o de lo que hubiera en casa.

Por ejemplo, en algunos hogares muy modernos, el papá se cuida por el colesterol, el hijo varón se come lo que no se comió el padre porque el nene hace deportes y necesita alimentarse (Mas vale regalarle un traje nuevo que invitarlo a comer), la madre come las sobras que deja la hija, que son los restos de las fibras de soja que come la nena para el régimen cuidando su silueta.
¿Bulimie? ¿Anorexie? ¿Qué son, dos chicas nuevas que cantan? Preguntaría la bobe.

Y claro, después llegan Pesaj, Rosh Hashaná y ¡Se acabo la dieta! ¿Qué era colesterol, una marca de aceite? ¿Qué era light, una marca de cigarrillos?.
Y como si esto fuera poco... Señoras y Señores: ¡Nació el delivery! ¡El kosher Light! ?????????. Bueno, algunos tienen bastante buena calidad (¡Jamás como los de mámele!) Pero necesitas la chequera, la tarjeta y un crédito bancario para una modesta cena.

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